Eran años de cambios políticos que buscaban modernizar la administración pública. Nueva España medía 81 144 leguas cuadradas. Su población era de casi seis millones de habitantes: poco menos de 80 000 europeos, un millón de criollos, dos millones de indios y poco más de dos millones y medio de mestizos, mulatos y castas; menos de diez mil negros.
Durante las crisis agrícolas del siglo XVIII, los precios del maíz y el trigo aumentaron hasta un trescientos por ciento. En el verano de 1786 —año del hambre en toda la Nueva España—: “La fanega (5.5 litros) de maíz llegó a venderse en 48 reales (un peso equivalía a 8 reales)”.
En 1810 la geografía novohispana enlazaba por caminos trazados trabajosamente treinta ciudades y noventa y cinco villas; las veredas ligaban con dificultad 4 682 pueblos y 165 misiones.