La guerra no sólo se libraba en los campos de batalla. También en la prensa, con la presión de la opinión pública. En Oaxaca, se publicaron dos números del Sud periódico que dirigió José Manuel de Herrera. Poco más tarde, en febrero de 1813, el fraile José María Idiaquez publicó El Correo Americano del Sur, en el que escribían Herrera y Carlos María de Bustamante.
Los folletos y hojas sueltas tenían la función de informar y convencer. Y es que fueron frecuentes las noticias engañosas y los rumores como armas de guerra. Por ejemplo, al opinar sobre las noticias divulgadas en la Ciudad de México sobre el final del sitio de Cuautla, Morelos explicó que la Gaceta de México torcía la realidad: “[…] dijo la historia al revés […]. Dice en su parte Calleja que entró a Cuautla sin resistencia alguna, después de haber salido de aquella plaza Morelos con su ejército bien ordenado, y como poco antes había dicho y bien: que no podían salir ni las ratas, le faltó al parte decir que salí por encima de su artillería”.
En carta del 30 de abril de 1813, Morelos explicó al comandante realista Vélez: “Eso que usted llama revolución es para mí y será a los ojos de Dios de los ángeles y de los hombres, ejercicios de virtud; yo no hago otra cosa que empeñarme en que se le dé a cada uno lo que fuere suyo, en contener al pueblo para que ni la sangre de los culpados derrame” .