La geografía política novohispana de 1813 se dividía en dos porciones: el gobierno insurgente, con sus autoridades propias, recaudación y administración de impuestos con sus ejércitos, empleados civiles y eclesiásticos, dominaban el centro y sur de Veracruz, Oaxaca hasta la frontera con Guatemala, las mixtecas poblana y oaxaqueña, Colima, Michoacán y las costas del sur. Son los puertos de Veracruz y Acapulco seguían bajo dominio realista. El norte, los valles de Toluca, Cuernavaca, Cuautla y México eran los teatros de la disputa indefinida.
El virrey y sus ejércitos tenían control del resto del NE, sin más contratiempos que las partidas guerrilleras que llegaban a inquietar en caminos y poblados alejados de las ciudades.