En octubre de 1810 José María Morelos y Pavón regresó a Carácuaro para arreglar su ausencia del curato e iniciar la campaña de proselitismo insurgente en el sur de Michoacán. Buscó dominar Acapulco, puerto de entrada a los territorios españoles del Pacífico y ruta comercial de la Nao de China: Sudamérica y las Filipinas.
El 7 de noviembre se le sumaron José Antonio y Pablo Galeana, conocedores de veredas y caminos del sur. En enero de 1811 se incorporó Hermenegildo, hermano de José Antonio y tío del joven Pablo Galeana. Mientras Morelos asediaba Acapulco, los Galeana hacían campaña militar en las zonas aledañas. Su renombre atrajo a otros simpatizantes; quizá los más importantes fueron los Bravo, influyentes hacendados del sur, que controlaron la zona cañera de los valles de Cuernavaca y Amilpas, y las estribaciones de la sierra hacia Oaxaca. Hermenegildo Galeana fue uno de los más cercanos a Morelos, con él sostuvo la defensa de Cuautla durante el sitio a que los sometió el brigadier Félix María Calleja; y dirigió la vanguardia que rompió el cerco el 2 de mayo de 1812, en una memorable jornada guerrera.
Otro de los más cercanos colaboradores de Morelos en sus campañas militares, su “mano derecha”, fue el cura de Jantetelco, Mariano Matamoros. Quien destacó por su buen instinto militar. Cayó prisionero en Puruarán; lo fusilaron en Valladolid, el 3 de febrero de 1814.