Los responsables de redactar la nueva Constitución abrevaron de los textos que tenían a la mano. Los historiadores han podido identificar varias fuentes de inspiración. Entre ellas, las ideas centrales de la Asamblea francesa de la revolución, la Constitución de Bayona, quizá sobre todo los debates y documentos de las Cortes de Cádiz en torno a la soberanía.
La aplicación del cuerpo de leyes que definían la América Mexicana sería aplicable únicamente a la Nueva España continental. De manera incipiente, comenzaba así a perfilarse la idea del futuro nacionalismo mexicano a partir de la pertenencia al territorio que se convertiría en México.